El pasado 4 de diciembre, una profunda crisis sacudió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), cuando la Magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso, respaldada por sus colegas Felipe Fuentes Barrera y Felipe de la Mata Pizaña, solicitó la renuncia inmediata del presidente del tribunal, Reyes Rodríguez Mondragón. La controversia surge por acusaciones de faltas institucionales, señalando que Rodríguez Mondragón ha comprometido la independencia y autonomía del tribunal.
Durante una sesión trascendental destinada a resolver la destitución del presidente, la situación tomó un giro inesperado cuando Rodríguez Mondragón y la Magistrada Janine Otálora, conocida por su apoyo al presidente, abandonaron estratégicamente la institución durante el receso, evitando así la posible decisión de su destitución.
Días después, el presidente anunció su renuncia al cargo, con efectos programados hasta el 31 de diciembre. Este sorprendente cambio en el liderazgo del tribunal llevó a la designación de la Magistrada Mónica Soto como su sucesora, una figura prominente que previamente había expresado sus desacuerdos con la gestión de Rodríguez Mondragón. La decisión de nombrar a Soto fue respaldada por los magistrados Felipe Fuentes Barrera y Felipe de la Mata Pizaña, mientras que Rodríguez Mondragón y Janine Otálora expresaron su oposición.
La nueva designación de la Magistrada Mónica Soto como presidenta del TEPJF entrará en vigencia a partir del 1 de enero de 2024, esperando marcar así el fin de una etapa de desequilibrio en la historia del tribunal electoral mexicano.
